DE #MODOZOMBIE A #MODOSOÑADOR

    ¿Tienes alguna idea todo lo que genera en una persona y su entorno ese cambio de status, en medio de una pandemia global?

   Todos sabemos porque es de público conocimiento, que profesionales de la salud y especialistas en neurociencias alrededor del mundo advierten a la población sobre cómo la pandemia (restricciones de todo tipo, aislamientos, pérdidas, etc.) está afectando la salud mental de las personas en general. 

   ¿Te has preguntado si eres de los optimistas o pesimistas? ¿Te has preguntado qué abunda en ti, si los pensamientos negativos o los positivos? Por qué algunas personas continúan con su vida con total optimismo, energía, ilusiones, sueños, y trabajando por ellos mientras otras lo viven diferente… tal vez sin más ilusiones ni proyecciones o creyendo que por vivir el momento; porque nadie sabe cuándo el Señor decide llamarnos, creen que los sueños ya no tienen sentido…  

   Ser un/a soñador/a podría cambiarte la forma en la que vives tus días. Y sin duda eso tendrá un impacto en tu entorno. Contagiarás la energía, entusiasmo, optimismo, y todo lo bueno que implica soñar y trabajar por los sueños. Lo mejor que puede sucederte es que inspires a alguien más a soñar también. Podrías cambiarle la vida, ¿sabías? También podrías recibir críticas y desaprobaciones de tus sueños, sin embargo eso lo trataremos en otra nota. 

    En lo personal, siempre me he autodefinido como una soñadora, porque amo soñar despierta y siempre tener motivos de esperanza por los que arrancar el día. 

   Después de buscar su significado e investigar sobre el concepto en sí mismo, la nota de hoy refleja mi conclusión sobre el significado de qué es ser soñador”.

    “Es una capacidad noble, aunque exigente, que a veces obliga a esfuerzos, sacrificios y aprender a desaprender para poder lograr lo que tanto queremos. Tener la capacidad de soñar es lo más valioso que nos han podido dar a la humanidad”. El soñador vive su vida con esperanza, y todo lo que genera esa “esperanza” cambia la vida de las personas soñadoras de las que no lo son.   

   El soñador sin distinción de género, edad, religión, raza ni geografía, vuela con su imaginación como cuando lo hace un niño, sin límites geográficos, económicos, materiales, físicos ni mentales. El soñador imagina algo en su estado ideal. Se imagina piloteando un avión, salvando una vida, rescatando animales, ayudando a los más vulnerables, cambiando hábitos, siendo el #1 en alguna disciplina, construyendo la casa de sus sueños, formando su familia, teniendo una colección de sus autos favoritos, viajando por el mundo, sanando / superando una enfermedad, y mucho más. La lista es infinita y en ese proceso de imaginación, el soñador logra crear una imagen mental de eso que ansía, dándole color, forma, tamaño, etc. Lo hermoso de este proceso creativo es que, al no tener costo, el ser humano puede crear sus sueños tan grandes como lo desee, en su mapa mental.

   Basta con permitirse tener el espacio y tiempo en su agenda para esa creación imaginaria, para descubrir que todos tenemos la inmensa capacidad de ser grandes soñadores.

   Ahora, es muy común asociar a un soñador al mundo de los negocios. ¿Cuántas veces te han preguntado, o has preguntado a alguien, o conoces a alguien que lo ha hecho… decir “¿Cuál es tu sueño en la vida?” y esperar como respuesta algo asociado a un negocio o al dinero directamente: tener xxx ingreso. Muchas, ¿cierto?

“Todo emprendedor es un gran soñador, sin embargo, no todo soñador es un emprendedor.”

   Por eso es importante destacar que cuando hacemos una pausa y reflexionamos sobre esto, descubriremos que muchos soñadores anhelan cosas que no tienen relación con el $.  

   “Un soñador es libre para imaginar qué cosas quiere lograr, cómo las quieres lograr, qué quiere disfrutar, con quién desea relacionarse, cómo quiere lucirse, cómo quiere sentirse, dónde quiere desarrollarse, en qué quiere destacarse, etc.

   El ser humano que se convierte en un soñador, tiene futuro y se convierte en visionario. En cambio “quien no sueña, muere en vida”. A ellos muchas veces se los llama zombies, porque viven su día a día en piloto automático, aceptando hacer cosas que no los hacen felices ni plenos. Y sin hacer el ejercicio de poder identificar qué los motiva. Entonces se pasan los meses, años y vida entera, sin saber, ni experimentar el significado y la importancia que tiene, tener un sueño y cumplirlo.

   Alguna vez te preguntaste ¿por qué soñabas cosas grandiosas cuando eras chico, y de adulto la mayor parte del tiempo vives en piloto automático, con una rutina que muchas veces no te hace feliz? ¿Encima sin ideas de cómo cambiar ese escenario?

   La respuesta a eso, es tan simple como compleja. Pero intentaré resumirla en unas breves líneas.

   Cuando somos niños, nuestra programación mental tiene apenas algunos años de formada, por lo que somos muy influenciables, y bien predispuestos al aprendizaje. Nuevas creencias propias y ajenas, desafíos, ideas e ilusiones se tornan posibles ya que nuestros “miedos” no están tan apoderados de nosotros y tampoco tenemos suficientes malas experiencias de vida que nos frenen a apostar por lo que anhelamos.  

   ¿Qué sucede cuando pasan los años? Normalmente el ser humano se va apagando, se vuelve más negativo, va viviendo la vida misma con muchas experiencias buenas y malas, y  todo ese conjunto de cosas, lo va limitando mentalmente…  La mayoría de las veces el “no puedo”, «es demasiado difícil» o el “es imposible” se da por una barrera mental autoimpuesta o que alguien nos convenció de ello.  Y el peso que tiene esa creencia en nuestra vida, determina básicamente si lucharemos o no por nuestros sueños. Lo lindo sería aprender a cuestionarse si nuestro niño-a interior soñara con eso, creería que lo puede lograr o  no. ¡Seguramente SÍ! Y así es como debemos aprender a desaprender de algunas falsas creencias que nos hemos autoimpuesto al crecer, para siempre poder crear lo que decidamos creer. 

   El campo de la neurociencia y gurúes del desarrollo personal, nos enseñan que el potencial que tiene el ser humano es infinito. Y dentro de ese potencial, cada uno puede crear, lo que decida creer. Por eso me gustaría que pienses en cada una de estas preguntas por un instante…

¿Cómo crees que sería tu vida si soñaras y cumplieras cada uno de tus sueños?

¿Cómo crees que te sentirías si recuperaras la capacidad de soñar como cuando eras niño?

¿Cómo crees que sería tu día a día si tuvieras claro un sueño por el que ocuparte?

¿Cómo crees que te iría en la vida, si te acostumbras a cumplir cada uno de tus sueños?

   El mundo te necesita soñador/a. Tu entorno de amigos y familia principalmente te necesitan soñando. Hazlo por ti, y hazlo por ellos. ¡Decide volverte un soñador, y tu vida cambiará! Cuando tú cambias, todo cambia.

   ¡En mi próxima nota del blog, hablaré sobre los “SUEÑOS”. ¡No te la pierdas!


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