MUJERES EMPRENDEDORAS DE SU FUTURO
A
sus 44 años, lleva 13 como profesor universitario y fundador de una consultora
especializada en el desarrollo de personas y organizaciones. Diego Hernán
Pagliano, Magister en Administración de Negocios, accedió a dialogar con https://innovaprensadigital.blogspot.com/
sobre la realidad actual del mundo emprendedor.
¿Qué
opinión tenés sobre la realidad actual del ecosistema emprendedor?
La
situación actual de la economía es compleja, no sólo para el ecosistema
emprendedor sino para las empresas en general, incluyendo a las grandes. Por el
impacto de la pandemia, en el 2020 el PBI de Argentina cayó cerca de un diez
por ciento, recuperándose este año en aproximadamente un 3 %.
En
mi opinión, el ecosistema emprendedor jugará un papel clave en la
reconstrucción de la economía luego del COVID 19. Insisto en la importancia que
tendrá por dos motivos: en Argentina el sector emprendedor y PYME representa
cerca del 44 % del PBI y el 51 % del empleo; por lo que trabajar en él y
potenciarlo es acelerar la reconstrucción del país. Los argentinos somos
reconocidos por el gen de reinventarnos, emprender y sacar adelante nuevas
iniciativas.
Comentanos
por qué decidiste elegir al universo femenino como tu público objetivo.
Desde
hace un tiempo me propuse asumir el reto planteado por la Organización de las
Naciones Unidas respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Llamó
particularmente mi atención el ODS 5, bautizado “igualdad de género”. Es increíble
que en pleno 2021 sigamos observando desigualdades de género: en nuestro país
las mujeres representan sólo el 40% de los emprendedores. Cada vez que digo eso,
me dicen… ¡bueno, casi la mitad! A lo que digo… “casi” es “casi”, pero no
suficiente. Otro dato que duele dice que en el mercado laboral sólo dos de cada
diez empresas son lideradas por mujeres: más igualdad de género significaría
más sociedades pacíficas.
Es
no menos horroroso que en 39 países, hijas e hijos no tengan derechos iguales
respecto a la herencia; que en algunos países los esposos puedan impedir
legalmente que las esposas trabajen y que en 49 países no existan leyes que
puedan proteger a las mujeres de la violencia doméstica.
Sin
un reconocimiento a los cuidados de las mujeres (pausa), en sentido amplio, no
hay sociedad que avance, al contrario.
Desde
la Consultora entonces, asumí el reto del ODS 5, contribuyendo desde mi lugar a
la creación de formaciones que entreguen herramientas a mujeres, construidas en
cocreación del conocimiento y que propicien igualdades de oportunidades de
liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida económica, política y
pública.
Una
de las capacitaciones más conocida es “Anti-princesas que Emprenden”, ¿por
qué elegiste ese nombre?
“Anti-princesas
que emprenden” es una capacitación que tuvo mucha repercusión en los medios.
Fue
un nombre que, al momento de elegirlo, jamás pensé que generaría tantos amores
como odios.
Vamos
por el lado de los odios: nada tiene que ver el nombre con el feminismo y en
antifeminismo, con colores o banderas. Nunca el sentido fue ir por ese lado. De
acuerdo al diccionario, la princesa es la esposa del príncipe, o la hija del
rey. A esa horrible definición que la conceptualiza (gesto de desprecio) "en
función de" se le suma el estereotipo que cuentos y películas han otorgado
al término: damiselas, usualmente en peligro, a la espera en un castillo y un
príncipe azul que las recate; aunque por suerte eso está comenzado a cambiar.
El nombre fue entonces un regalo para mis hijos: tengo una hija pequeña y deseo
que cuando avance en edad aprecie que el concepto de princesa puede estar
alejado del de Blancanieves o Cenicienta y un hijo que quiero que crezca bajo
un modelo de igualdad de género.
El
próximo 11 de agosto comienza tu taller “Mujeres Emprendedoras” junto a
la Universidad Nacional de Cuyo. ¿En qué se parece este curso al de Anti-princesas
y qué tiene de distinto, o mejor, si así lo considerás?
(Entusiasmado)
¡Así es! Este 11 de agosto, junto a la UNCuyo, casa que admiro y que me vio
nacer profesionalmente, llega esta capacitación para mujeres emprendedoras. En
cuanto a las diferencias, la fundamental es la modalidad “Anti-princesas que
emprenden” tiene un formato virtual y asincrónico donde la participante elige
su propio camino y tiempos de aprendizaje, por supuesto, con un adecuado
soporte. Es una opción muy interesante para quienes trabajan o deseen seguir
otro ritmo de estudio. “Mujeres
emprendedoras” si bien por cuestiones de pandemia también tiene un formato
virtual, allí la modalidad es sincrónica, lo que significa que hay días y horas
de cursado: es más parecido a un formato presencial. Aprovechando este formato
“en vivo”, contaremos con visitas de mujeres referentes que nos contarán sus
experiencias e invitadas e invitados especiales que comentarán sobre líneas de
financiamiento para proyectos, entidades de apoyo e incubación.
Como
mujer, ¿qué podría aprender, a nivel personal y profesional, con tu
capacitación? ¿En qué podría aplicarlo en mi labor diaria como periodista?
Aprendemos
todos, vos y yo. Siempre procuro que el aprendizaje sea una experiencia, y no
hay nada mejor que la cocreación. (Sonríe) Busco aprender de las participantes.
En
lo personal te vas a llevar herramientas que permitan trazar tu perfil
emprendedor, analizar tu personalidad, descubrir tu creatividad y liderar tus
conflictos, para luego poder liderar conflictos con terceros. En lo profesional
vas a descubrir oportunidades de negocios, generar ideas, evaluar el contexto y
diagramar un modelo de negocio.
Para
concluir, ¿qué les dirías a aquellas mujeres que no se animan a emprender por
miedo al fracaso o al “qué dirán” por su condición femenina?
Insisto
en educar en igualdad, no hay “qué dirán”. Si hay algo de lo que uno tiene que
arrepentirse, es de no intentar: el fracaso es una de las posibilidades, tanto
como el éxito, pero para cualquiera de las dos, el paso previo es hacer el
intento. Nunca se queden con el “no”, hay que seguir caminando, muchas veces el
“sí” está ahí, a unas pocas cuadras más adelante.
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